Elecciones legislativas en Túnez

Elecciones legislativas en Túnez

A finales de octubre tuvieron lugar las primeras elecciones legislativas de la historia republicana de Túnez. El proceso que llevó a su realización comenzó hace aproximadamente un año, en un momento de profunda crisis social y política, y cuando un grupo de organizaciones independientes, lideradas por el mayor sindicato del país, la UGTT, logró imponer a los partidos políticos una hoja de ruta que preveía, entre otros puntos, la promulgación de una nueva Constitución, el nombramiento de un nuevo gobierno de unidad nacional y la organización de nuevas elecciones legislativas, presidenciales y locales.

La tarea principal del gobierno de unidad nacional nombrado hace un año fue entonces  –junto a consolidar la seguridad en el país y la estabilización económica–, la organización y realización de elecciones democráticas sin fraudes. El primer paso fue el establecimiento de un calendario electoral, llevado a cabo en los primeros meses, que siguió la pauta de los procesos seguidos en muchos países Occidentales: en junio y julio, las inscripciones de los electores en el censo, en agosto la presentación de las candidaturas electorales, en septiembre la publicación de las listas definitivas de las candidaturas, y finalmente, en octubre, el comienzo oficial de la campaña y la elección de los representantes del pueblo en la Asamblea legislativa.

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Béji Caïd Essebsi, Presidente de Nidaa Tounes, en el centro de votación

Como suele suceder en muchos países cuando el resultado electoral es de gran relevancia, también en Túnez el periodo de campaña comenzó mucho antes de la fecha oficial. Empezó a inicios de 2014 y fue protagonizado por los dos grandes partidos del país, Nidaa Tounes, un partido laico y centrista; y Ennahda, un partido islámico cercano a la ideología de la organización de los Hermanos Musulmanes, y ganador de las elecciones posrevolucionarias de 2011. Esos dos partidos, durante los meses anteriores al día de las elecciones y debido a sus recursos económicos, su base popular y su capacidad de actuación, fueron ocupando la mayoría de los espacios mediáticos dando vida a un duro enfrentamiento –no violento– sobre el modelo de sociedad a instaurar en el país.

Una de las formas fue intentar desprestigiarse el uno al otro: el partido islámico acusaba su rival de tener lazos directos con el aparato de la antigua dictadura, mientras que el Nidaa Toune culpaba a sus rivales de tener responsabilidades sobre la ola de violencia existente y de haber sido incapaz de gobernar el país en los últimos años.

En el marco de este panorama político, el pueblo tunecino llegó al día de las elecciones con una tasa de inscripción del 67% del potencial electorado. Al final del día, los sondeos y primeros cálculos, confirmados posteriormente con el recuento de los votos, han dado la victoria al partido Nidaa Toune (38%) y dejan en segundo lugar al partido islámico (30%). Aun con la victoria, Nidaa Tounes no alcanza la mayoría absoluta, hecho que probablemente le obligará a promover alianzas con otras fuerzas políticas liberales, o con la coalición de izquierda, para crear un nuevo gobierno.

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Dos chicas después de haber votado en el Gobernorado de Bizerta / Fotografía del periódico Le Monde

Diferentes grupos de observadores nacionales e internacionales acompañaron el proceso. Ellos declararon que las elecciones se realizaron de manera correcta y sin fraudes en la gran mayoría de centros de votación. Las irregularidades detectadas, según los observadores internacionales, han sido marginales y no han interferido con el resultado a nivel nacional ni a nivel local. Éstas se refieren a casos de intentos de compra de votos, publicidad de partidos fuera de los centros de votación e ilegalidades cometidas por el personal de dichos centros.

En un panorama aún por definir, la mayoría de los electores ha dado su confianza a un partido cuya ideología se compagina más con la cultura y sociedad tunecina. Una mayor participación en un clima pacifico será la apuesta principal para las futuras elecciones presidenciales que tendrán lugar el próximo noviembre, y las elecciones locales previstas para los primeros meses de 2015.



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