Una sola palestina

Una sola palestina

En otros momentos, más que posiblemente, el acuerdo entre Fatah y Hamás hubiera sido una noticia que habría abierto la sección de internacional en los medios. En la actualidad, y debido a la compleja situación que vive la región, la noticia ha pasado inadvertida ocupando un cuarto o quinto plano. El hecho es que parece que el enfrentamiento interno palestino entra en vías de solución. No será sencillo, nada lo es cuando se trata de solventar un conflicto en medio de un conflicto aun mayor –el conflicto palestino-israelí- y dentro de uno más grande –la guerra geoestratégica por el dominio de la región-, pero el paso en pos de la reconciliación era imprescindible para que en los citados conflictos mayores el pueblo palestino pueda dedicar toda su capacidad para conseguir una independencia real.

El hecho es que, tras un decenio de enfrentamientos entre ambas organizaciones, Hamás anuncia que acepta la celebración de elecciones en Estado de Palestina. Este pronunciamiento es consecutivo a otras medidas aceptadas por Hamás con la pretensión de acabar con la dinámica de confrontación encaminadas a ceder el gobierno que de facto mantienen en la franja al Estado Palestino.

De esta manera se abre de nuevo la puerta que se cerró en 2007 cuando, tras las elecciones de 2006, se desataron las hostilidades internas que condujeron a que  Hamás se hiciera con el control de la franja de Gaza y la Asamblea Nacional Palestina, en manos de Fatah,  dominase el territorio de Cisjordania. Los dos enclaves palestinos disjuntos, de facto, pasaron a tener gobiernos diferentes.

A pesar de ello, de una u otra forma, las conversaciones entre Fatah, Hamás junto con otras organizaciones palestinas se mantuvieron y en 2011 se produjeron los acuerdos de El Cairo. Allí se cimentó lo que ahora puede dar pie al nuevo escenario de reconciliación. En aquel acuerdo se planteó la estrategia para llegar a una situación en la que se celebrasen unas nuevas elecciones que habrán de servir para elegir al que será Presidente del Estado Palestino.

En 2014 hubo un primer intento de formalizar sobre la práctica este acuerdo. Se propuso un gobierno -en principio de transición- presidido por Mahmud Abbas en el que habría 17 ministros, tres de los cuales serían de Hamás. El gobierno israelí, entonces, no permitió que los miembros de Hamás abandonasen Gaza para acudir a Ramallah a la formación del gobierno.

Ahora, insistimos, no sin dificultades que irán surgiendo que parecerá por momentos que pueden hacer descarrilar el proceso, se está en vías de que Palestina vuelva a ser un todo y no dos partes inconexas. Un proceso que merece la pena seguir y apoyar porque la población palestina no merece más sufrimiento del que ya de por sí tienen que padecer en su lucha para conseguir su estatus como país. La noticia, aunque aparezca sepultada por otras más impactantes, es de la suficiente enjundia para saludarla con un punto de ilusión. ●



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