ACPP como agente educativo. De la escuela al barrio

ACPP como agente educativo. De la escuela al barrio

“No habrá una ciudadanía justa y democrática sin la escuela pública, y sin ciudadanía la escuela pública es inexistente, no tiene cabida y, menos, sentido” (Silvia R., 2015).

La defensa y el apoyo a la escuela pública es para Asamblea de Cooperación por la Paz, no sólo una línea más de trabajo, sino una de sus principales señas de identidad. El origen de este compromiso se articula en torno a la figura de Pamela O´Malley, presidenta de ACPP desde 1994 hasta 2006. Su trayectoria es para ACPP un legado de compromiso con las opciones progresistas en educación. 

La escuela pública es un espacio central en la construcción de la ciudadanía, y posiblemente sea el aula el espacio en que niños, niñas y jóvenes se reconocen por primera vez como ciudadanos y ciudadanas y donde descubren posibilidades en el ejercicio de sus derechos. Pero la escuela se encuentra claramente vinculada con el espacio público también: el conjunto barrio+escuela se convierte en el contenedor principal de los aprendizajes primarios de la vida política y social de una comunidad.   Para ACPP la educación es una clave fundamental para la transformación social ya desde nuestros barrios, que contribuye a la formación de una ciudadanía comprometida en el avance hacia una nueva sociedad civil global a través de la acción local. En los procesos que impulsamos dentro del programa educativo de ACPP Escuelas Sin Racismo, Escuelas para la Paz y el Desarrollo (ESR, EPD), son casi tan importantes los valores como los métodos que utilizamos, y bajo un enfoque integral e integrador, se apuesta por un modelo que intenta responder a las necesidades, detectar las fortalezas y visibilizar las oportunidades de las escuelas pero siempre en relación con sus entornos y sus contextos locales. Son también herramientas para la transformación todas las actividades que impulsen la participación social desde las escuelas, y que den espacio a la infancia y la juventud, como futuro y presente de la vida asociativa y política tan fundamental para el desarrollo de cada comunidad.   

Sabemos que ese carácter integral e integrador que, como decíamos más arriba, tienen siempre los procesos educativos que apoyamos, se da porque se tiene en cuenta el contexto local en el que estos procesos se desarrollan, pero también porque se complementan con el resto: que son, en lo inmediato, todas y todos los que participan también de esa comunidad. El trabajo educativo de ACPP también está aquí: favorecer propuestas de trabajo participativas y creativas en nuestros barrios, que nazcan de la convivencia, del diálogo de las escuelas con las instituciones públicas locales, con las asociaciones de vecinas y vecinos, de jóvenes, de inmigrantes, de mujeres, deportivas, culturales…. Educar para transformar es también construir acciones por un bien común, que vayan acompañadas de reflexiones que se nutran de esas experiencias que cuidan de las relaciones sociales y de los espacios que compartimos todas y todos en el camino. Participar, incidir y cuidar esos espacios desde donde se promuevan reflexiones, – ¡mucho mejor si son intergeneracionales! -, pero que también, en el día a día, nos ayuden a visibilizar las realidades sociales desde lo más cotidiano. Son aquellas pequeñas cosas, pero tan necesarias en los procesos de enseñanza y aprendizaje. ●

 

Foto ACPP. Detalle de una actividad entre IES y Asociaciones de Mujeres en Sevilla para visibilizar el rol de la mujer en la historia del barrio



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